Cuando se habla de practicar la meditación, Shine, Zazen, Shamatha, entre otros. Es porque a media que lo practicamos vamos conociendo el comportamiento de nuestra mente, el como se distrae, en que momento y es básico para poder conocer nuestra naturaleza de la mente y el surgimiento de las emociones. Por ello es importante adquirir experiencia por medio de la práctica. Solo así podremos lograr que surja la sabiduría, dejando que se manifieste y tomemos conciencia de esta. Si no adiestramos nuestra mente en una disciplina meditativa difícilmente la sabiduría surge y por ende no logremos la iluminación.
Nagaryuna decía: “Sin concentración es muy difícil realizar la sabiduría”.
Saraha decía: “Todo recae y termina en la meditación, por ejemplo una persona que tiene una buena disciplina moral, ética, y que mantiene adecuadamente todos los votos si no medita no logra comprender la naturaleza de la mente. Si por otra parte, existe una persona muy inteligente, que conoce todos los dharmas (las enseñanzas de Buda) y domina todas las doctrinas, pero que no medita, tampoco logra comprender la naturaleza de la mente, a ambas personas les faltó algo, su practica es incompleta”.
Sin duda que para lograrlo debemos familiarizarnos con el Dharma, estudiarlo, comprenderlo, pero de nada sirve si no meditamos y viceversa. El punto es llevar nuestro conocimiento a nuestra conciencia interna primero. De esta manera, aclaramos y entendemos en forma correcta las cosas desarrollando la concentración y la atención aclarándose nuestras dudas.
Si nos proponemos mantener una disciplina, a medida que vayamos practicando aumenta la capacidad de comprensión permitiéndonos ver y lograr el entendimiento. Es por ello que se habla del mérito de hacer práctica, es por el análisis implícito que es mérito. Todo precisa el desarrollo de la paciencia para obtener el entendimiento del sentido último del Dharma.
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